Advertência
"¡Te dije que no metieras los dedos!"- le gritó ella.
Ya era tarde, el había perdido el alma para siempre.
Un hijo exrtranjero
Hace 1 año
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Acá hay más palabras
-
-
Volvió El oficio del plumínHace 2 años
-
Mitología uitoto, Vaupés IIIHace 5 años
-
Trascender.Hace 7 años
-
-
La Anticlase de octubreHace 9 años
-
-
El TuristaHace 13 años
-
-
-
En el enchufe?
ResponderEliminarEs posible blablableros. Aunque le cuento que a veces es mejor meterlos en el enchufe. Saludos.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarParece que hay que tener cuidado...y mirar dónde mete uno los dedos, por las consecuencias que puedan ocurrir!
Saludo2:))))))
para mi que no se dio cuenta y estaba pegando algo con la gotita de poxipol y asi quedo: cocido. y lo peor: una vez libre: las marcas de aquel pegamento que lijan la piel de los dedos. siempre. saludos! me gusta este lugar.
ResponderEliminarun micro-relato bellísimo y tan sugerente!!! me encantó, besos
ResponderEliminarGracias Classina. Son cosas que aparecen en los sueños; dormido o despierto. Besos.
ResponderEliminarWaw, Leo. Excelente. Me gustaría llegar a escribir un microcuento así alguna vez.
ResponderEliminarGracias Esteban. Son cosas se le ocurren a uno. Como digo ahi, algo así como flashes. Gracias por leer que eso es lo importante.
ResponderEliminar