domingo, 1 de febrero de 2009

Capítulo que nominaremos 97fz


El virus que está en el medio


La CNN es lo mismo que Crónica TV. Y La Nación lo mismo que Le Monde Diplomatique. diferente “medio”. Una telenovela es lo mismo que un partido de fútbol televisado. Pura ficción. Diversión, entretenimiento. Sólo existen los gustos. Algunos se dejan penetrar por uno y otros por

Lo que comúnmente se llama realidad tampoco tiene existencia cósica. La realidad es el invento que creemos o que podemos ver. Un penal es en la medida que lo veamos. Un asesinato es en la medida que lo veamos. Lo único que es, es el propio asesinato. El propio penal. La experiencia propia. El pan que aumentó no es el de la televisión. Es el que compramos. Pero eso no son palabras. Las palabras son travestis y travisten. La TV, la radio, los diarios también. Porque se hacen con palabras. Nunca mejor inventada la palabra medio. Es algo que esta en “entre”. Como si fuera una conexión de lo que no se puede tocar. Pero sólo es la presencia de una carencia.

Medio de comunicación es lo que “está en el medio”. No para hacer un puente sino para estorbar. Es lo que se entromete. Nadie pidió saber cosas que hoy sabemos casi por obligación. Nadie nace obligado por naturaleza a despertarse en las mañanas y prender la radio para intoxicarse con las noticias de hoy.

Las palabras son un virus, dirá William Borroughs. La información es un virus, se debe completar. Sólo que hay virus inofensivos y otros no tanto. Hay virus más “mentirosos”. Pero de eso se hablará más tarde.

El colmo de la propagación del virus es hoy Internet. “ Es como que te asomás al ojo de un aljibe. Sabés que hay un mar debajo, pero sólo ves una porción pequeña de agua”, dirá algún músico y cantante1. Eso es. Una inmensidad inabarcable. Una caja de Pandora donde todo puede estar. O no. Pero que creemos que está. Y eso es suficiente. Como sucedía en el panóptico foucaltiano. En el que no interesaba la existencia real de la vigilancia sino sólo la creencia, por parte del vigilado, de la existencia del control.

Internet es el nuevo Dios. El Dios digital. Es el Alfa y el Omega. No lo vemos, pero creemos en el. Es el más grande travesti, “mentiroso” y peligroso medio (que estorba) Lugar donde se hace realidad el siglo que imaginó Discépolo. “Vas escribiendo tu evangelio en los tickets de Carrefour”

Es casi un aleph. Que hubiese horrorizado y fascinado al mismo tiempo a Borges. Porque entre otras cosas, se hubiese visto en la pantalla. Y sabemos que a Borges los espejos lo deslumbraban pero también lo aterrorizaban.

Internet devuelve imágenes que muchas veces no queremos ver. Es un pozo sin fondo en el que es fácil caerse y naufragar. Cuesta trabajo diferenciar lo “mentiroso”más nocivo de lo “mentiroso” menos dañino. No se piense que quien dice esto es anti- tecnología. Es alguien que se ha perdido en la red más de una vez. Es quién ha salido sin encontrar lo que buscaba. También es alguien que encontró palabras muy buenas. Pero es alguien conciente de lo que significa no ya un texto sino un hipertexto. Si un texto puede ser peligroso de leer, un hipertexto lo es más. Esto por la peligrosidad que implica la “hiperinflación de información”. Ya se tocará ese tema.(recordar que hay dos formas de “mentira mediática” Hiper e hipoinformación.)

El virus que inoculan las palabras nunca es de igual intensidad. Para dar ejemplos hablaremos de los dos más opuestos. No por claridad, que si hay algo que no hay aquí es claridad, sino por lo difícil que es identificar algún virus más hacia el centro de los extremos.

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