En aquellos delirios de fiebre alucinaba con músicas imposibles. Luego, al traducirlas, eran sólo un remedo de los destellos que iluminaban aquel calor en las sienes. Y el show bussiness que tiraba de la cuerda.
Una única luz lo apagó para siempre.
Un hijo exrtranjero
Hace 1 año
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar